Luego de varias semanas bajo presión por los  ejercicios militares detectados en varios sectores de Ucrania, por parte de militares rusos, algunos de ellos abandonan el Sur de Crimea. Ante estas acciones la OTAN ve señales para un “optimismo cauto”, sin embargo,  espera que se esté produciendo una desescalada real, puesto que aún hay maniobras navales que involucran barcos de superficie, submarinos y aviación marina en sectores operativos de los océanos del mundo y los mares adyacentes al territorio ruso.

Estados Unidos ha afirmado que esta semana es decisiva y que el Kremlin podría lanzar una invasión a gran escala en poco tiempo, no obstante, Moscú niega que tenga intención de emprender otra agresión militar contra Ucrania.

Además, el Kremlin ha señalado que hay espacio para el diálogo diplomático. Por su parte  el Gobierno de Ucrania, ha tomado el anuncio de la retirada de algunas tropas rusas con cautela. El ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, señaló que hay motivos para el escepticismo. “Cuando veamos la retirada, creeremos en la desescalada”, aseguró en medios internacionales.