La pandemia nos tomó por sorpresa a todos. ¿Qué significaba este virus? ¿De dónde provenía? ¿Qué había que hacer? Fue algo desconcertante para el mundo entero, porque no se tenían las claridades de cómo combatirlo y sobre todo como prevenirlo.

Todos confinados fueron las directrices de los mandatarios de todos los países, las fronteras cerradas; la vida en cada familia,
cada empresa, en la iglesia, en la sociedad, en todo cambió.
Se empezó esta nueva vida, en algunos casos con la novedad, con el transcurrir de los días y los meses y ya más de un año, las personas se empezaron a sentir deprimidas, tristes, con mucho miedo, confundidas, irascibles, agresivas, ensimismadas, deprimidas, ansiosas, etc.

Las culturas de occidente son individualistas, centradas en el bienestar personal, en la libertad y derechos; en contraposición
con las culturas orientales basadas en el pensamiento colectivista y el bienestar grupal y social, lo que evidentemente facilita la aceptación de normas que establecen situaciones como el aislamiento social.

En países como Colombia, siendo seres muy sociables, el impacto se ha visto muy marcado, al no poder compartir ni siquiera con la misma familia, menos con los amigos-as, compañeros de trabajo, compañeros de credos religiosos, en fin hace muy difícil cada día, dentro de las casas principalmente y en todo lo que se venía desarrollando cotidianamente.
Maslow, en su Teoría de las Necesidades habla de las Necesidades Sociales, relacionadas con la vida del individuo y las otras personas.
Necesitamos establecer relaciones de amistad, dar y recibir afecto, de participación en grupo.

Por lo tanto recomiendo de acuerdo a los intereses, aptitudes, actitudes, realizar actividades tales como pintura, escultura, cine, música, gimnasio virtual, actividades religiosas y/o espirituales virtuales, juegos de mesa, cocinar, arreglo o mejora a la vivienda, etc. Todas las que generen paz, tranquilidad y se ocupe el tiempo libre. Que generen bienestar tanto dentro de la casa como fuera de ella, para los que trabajan de forma remota y para los que también tienen que salir fuera, pero regresar inmediatamente después del trabajo, los que
estudian, los que trabajan en sus propias empresas, en sus casas; porque ya no están las actividades recreativo-culturales que se
tenían antes de la pandemia. Así mismo no perder el hábito de la comunicación con los que se tengan al lado, los que se encuentren
lejos, por celular, chat, video llamadas, plata- formas grupales ya conocidas por la gran mayoría, Zoom, Google meet, Skype, en fin la que
se ajuste a sus intereses.

 

Judith Montealegre Murcia. Psicóloga – Especialista en Administración de Empresas