Más de 100.000 israelíes protestaron el lunes ante el Parlamento, luego que el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu aprobara una serie de cambios legislativos para revisar una reforma judicial. La moción fue aprobada por 9 votos a favor y 7 en contra.

Estos cambios, también han generado molestias en influyentes líderes empresariales y antiguos militares por considerarlos equivalente a un golpe de Estado y afectar la democracia israelí, debilitando al Tribunal Supremo del país, erosionando los controles y equilibrios democráticos; además de manifestar que Netanyahu está siendo juzgado por una serie de cargos de corrupción.

Por su parte, Netanyahu y sus partidarios aseguran que los cambios propuestos son necesarios para frenar un poder judicial que abusa del mismo.

Los manifestantes según publicaciones de medios internacionales “portaban la bandera azul y blanca de Israel y carteles en los que denunciaban lo que consideraban un ataque a las instituciones democráticas del país. “¡Vergüenza! Vergüenza!” e “¡Israel no será una dictadura!”, coreaban”.

Así las cosas, el presidente Isaac Herzog hizo un llamamiento a Netanyahu para que no aprobara la legislación y abriera el camino al dialogo con la oposición, no obstante Netanyahu no se ha manifestado al respecto.