Damos pasos importantes para prevenir y atender la violencia sexual en el marco laboral dentro del Congreso de la República

Por: Olga Lucía Velásquez


Como primera vicepresidenta de la Cámara de Representantes, puedo decir que el compromiso es total frente a la No violencia contra la mujer y que el nuevo protocolo contra el acoso sexual, se convierte en una herramienta más efectiva para las mujeres y contribuye a acabar con hechos de violencia de género.

Recientemente el Congreso de la República presentó el protocolo para la prevención, protección y orientación frente al acoso sexual y las violencias basadas en género. Se trata de una iniciativa de las mesas directivas de Cámara y Senado y la Comisión Legal de Equidad para la Mujer, que comenzó hace más de cinco meses, para dar bases a un instrumento para las víctimas de cualquier tipo de violencia sexual y evitar su revictimización.

En Colombia, según la última encuesta realizada por el Ministerio del Trabajo, las conductas de acoso sexual en el marco laboral más comunes son: solicitudes para tener sexo (82%), intento y ocurrencia de acto sexual (79%), correos electrónicos y mensajes vía celular (72%), contacto físico (72%). En el caso de Bogotá, según la Veeduría Distrital, 8 de cada 10 mujeres, asegura haber sido víctima de acoso sexual, dos de ellas reconoce que pudo sufrirlo en el trabajo.

Aquí es claro que ninguna persona es moneda de cambio ni debe callar ante alguna presión, insinuación o acoso sexual en una relación contractual o laboral. Cualquiera que acceda a un cargo público, a un contrato de prestación de servicios o que ejerza una actividad con el Congreso está sujeta a este protocolo. Lo único que debe mediar es la capacidad, el conocimiento, destrezas y las habilidades de la persona para el cargo que va a desempeñar.

Este protocolo es una forma de decirle al país que rechazamos enérgicamente cualquier tipo de violencia sexual en el marco laboral y que vamos a desnaturalizar la violencia laboral que se presente por las asimetrías de poder que existen al interior del Congreso de la República.

Los tres componentes que componen el protocolo son:

  1. La sensibilización y la capacitación para todos los congresistas, servidores públicos, contratistas, pasantes, practicantes, judicantes, personal tercerizado y personal de seguridad o de servicios que cumple funciones laborales o contractuales dentro del Congreso.
  2. La ruta de atención para que quienes han sido víctimas de cualquier violencia sexual en el Congreso puedan denunciar, cuenta con dos mecanismos: uno de control interno disciplinario y de conocimiento de los casos que se hará a través los correos denunciasegura@senado.gov.co y denunciasegura@camara.gov.co que se ponen a disposición de las afectadas y estarán a cargo de un grupo de trabajo especializado que depende de la mesa directiva de la Comisión Legal de Mujer

Además, del proceso externo que ya traslada las denuncias a la Corte Suprema de Justicia, a la Procuraduría General de la Nación (En el caso de aforados) y a la Fiscalía General de la Nación.

  1. La no revictimización, con seguimiento y evaluación de cada caso y acompañamiento integral a las víctimas hasta el final del proceso.

Es una realidad que no se puede ocultar, que necesita visibilizarse y atenderse; por eso, invitamos a que ninguna persona se quede callada si ha sido víctima de violencia sexual, no está sola.

Desde el Congreso, seguiremos trabajando por la dignidad humana, por el respeto a la vida por el bienestar ciudadano y la prevención de cualquier tipo de violencia basada en género. Los mecanismos de este protocolo garantizan seguridad para la denuncia y acompañamiento biopsicosocial y jurídico para lograr agotar todas las vías jurídicas existentes en favor de los afectados.

En el marco de este trabajo, se seguirá estudiando con las mesas directivas del Congreso, la Comisión Legal de Equidad para la Mujer y en consulta con organizaciones y colectivos de mujeres, población LGBTIQ y otras personas que puedan ser víctimas de violencia sexual, para dar alcance a todas las violencias de las que puedan ser víctimas y proveerles las herramientas necesarias para prevenir y encontrar ayuda a tiempo y con garantías.

La violencia contra de género no se puede admitir, la dignidad no es negociable. No somos moneda de cambio. #NiUnaMás.