Colombia es un territorio rico y diverso de muchas formas. Entre sus montañas y ríos convive una población soñadora, osada y llena de capacidades. A veces sin darnos cuenta, vivimos nuestro día a día sin detenernos para apreciar los talentos, virtudes o simplemente la belleza de esos espíritus efervescentes que vinieron a este mundo para aprender de él y dejar su huella. Un vivo ejemplo de ello es el Artista Hernando Saavedra, un chiquinquireño dueño de un consultorio estético, homeópata de profesión, padre de familia y, sobre todo, un artista apasionado y comprometido.

Hernando desde muy pequeño se interesó por el arte; antes de terminar la primaria ya fabricaba casitas de barro para adornar las entradas de las casas, dando así sus primeros pasos en el arte y de paso ganando algunos pesos de sus artesanías. Fue cuestión de tiempo para que Hernando empezara a interesarse por otras ramas artísticas, ya que también comenzó a practicar el canto y a entrar en el mundo de la música. No había presentación de talentos, izada de bandera, o exposición en el colegio que no se convirtiera en el escenario perfecto para que Hernando presentara ante el público sus dotes musicales y sus composiciones.
Pero las artesanías y la música no fueron las únicas muestras de talento que quería desarrollar, ya que a inicios de su bachillerato comenzó a hacer caricaturas. Le gustaba mostrar “a través de los dibujos la parte chistosa de las personas”, así es como él mismo lo describe. Esto claramente fue un éxito entre sus compañeros, tanto así que comercializó entre el colegio varias de sus caricaturas. El dibujo fue la puerta que lo llevaría más adelante a conocer su más fuerte disciplina en el amplio mundo de las artes: La Pintura, de la cual hablaremos más adelante.

 

No todas fueron glorias para Hernando, aunque siempre supo que su futuro era el arte, para su familia esta opción de vida no significaba más que el fracaso, la pobreza y sobre todo la perdida del tiempo en el mundo del alcohol. Por tanto, aunque en el año 1977 quiso grabar sus primeras canciones y dedicarse a la música, no encontró el apoyo necesario de su familia y esto hizo que pospusiera su sueño y se dedicara a su otro gran amor, la medicina.

Cuando tenía 13 años, Hernando sufrió de amebiasis, lo cual le causaba mucho dolor y afectaciones, pero como caído del cielo llegaría al pueblo un médico homeópata que le dio unos glóbulos azucarados que le ayudaron a superar su enfermedad. Por supuesto nuestro artista quedó intrigado con los conocimientos del médico y con todo lo que podría ayudar con ellos, así que decidió comprarle unos libros de Homeopatía y durante su bachillerato se puso a estudiar. Fue tanto su avance que antes de terminar el colegio ya tenía pacientes por todo Chiquinquirá esperando ser atendidos por él; sin duda un paso importante que solo pondrían al señor Saavedra más cerca de sus sueños.
Luego de más de 30 años de labores médicas, crianza familiar, su paso por Bogotá y posteriormente su radicación definitiva en la ciudad de Villavicencio Meta, Hernando nunca dejó de lado lo que más lo apasionaba, la pintura y el arte en general. Durante toda su vida estudió diferentes técnicas y pintó muchísimos cuadros; tuvo algunos artistas en su lista de inspiraciones, de los cuales aprendió mucho y con los que entendió que un artista no se hace porque sí, y que lo más importante en la pintura es crear su propio estilo y siempre dejar una marca. Entre las personas que intervinieron en su proceso, que entre otras cosas fue autodidacta y empírico, están el maestro Oscar Alberto Pinzón Arana y el maestro Fernando de Villareal, quienes le enseñaron varias de las cosas que hoy día emplea en su arte.
Actualmente Hernando tiene más de 70 cuadros de su autoría, retomó la música y la composición una vez sus hijos crecieron y empezaron sus estudios profesionales, aprendió más de cuatro técnicas de pintura, ha presentado sus obras en diferentes cámaras de comercio, ferias de arte y casas de la cultura alrededor de todo el país. Sin descuidar su consultorio en Bogotá y su vivienda en Villavicencio. Ha trabajado en diferentes proyectos, entre ellos está uno de sus más representativos: Las Guacamayas.
Las Guacamayas son una colección que constará de 22 cuadros hechos con la técnica espatulado retratando a esta ave que, al igual que Hernando, representan muy bien la diversidad y potencial de este país de colores. Pero esta no es su única colección. Este artista Boyacense tiene el gusto de presentar sus tres colecciones que constan de varios cuadros cada una; Mundo Marino, Precolombino y Cosmos Infinito son los nombres de las colecciones que Hernando ha venido pintando desde hace más de 30 años. En cada obra quiere dejar su sello y que con solo ver la pintura se identifique su autoría, casi como una firma que solo puede inmortalizarse si aprendes a inmortalizar tu estilo. El sueño de Hernando Saavedra es recorrer el mundo con sus cuadros, poder mostrar su talento y su arte fura de Colombia; el Cubismo de Picazo y los colores de Joan Miró son la mezcla que quiere lograr para darle vida, alegría y luz a cada cuadro que con profesionalismo y pasión siempre ha pintado.

Del 1 al 20 de octubre Hernando expondrá en Acapulco, México, por invitación del Promotor Jairo Romero Campos.