Los ataques se dieron durante el sabaat en Jerusalén, dejando un balance de siete muertos y altas probabilidades de un enfrentamiento a gran escala. De acuerdo a publicaciones en medios internacionales, un niño de 13 años disparó este sábado por la mañana e hirió gravemente a dos israelíes en Jerusalén, mientras que el viernes por la noche otro palestino con el nombre Khari Alqam, mató a quemarropa a siete personas ante una sinagoga al norte de la ciudad.
Ante los atentados, el primer ministro Benjamin Netanyahu convocó una reunión de su gabinete de seguridad y declaró que Israel no busca una escalada, por lo que pidió a los ciudadanos no tomar la justicia por su cuenta.
Entre las medidas está “sellar de forma inmediata la casa del terrorista que cometió el atentado de Jerusalén de cara a su destrucción o aumentar las licencias de armas a ciudadanos autorizados, para salvar vidas”, aseguró Netanyahu.
De igual forma, se espera aprobar cuanto antes la ley de pena de muerte a los terroristas, mientras las autoridades israelíes han decretado estado de máxima alerta y la policía ha detenido a 42 personas sospechosas de colaborar con este crimen.