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  • Cárcel la Modelo atraviesa momento crítico en seguridad

El asesinato del Director y la reciente renuncia del subdirector agravan la crisis de seguridad

La violencia y la inseguridad en el sistema penitenciario colombiano alcanzaron un punto crítico este jueves 16 de mayo con el asesinato del director de la cárcel La Modelo, en Bogotá. Este trágico evento ha desencadenado una serie de renuncias, incluida la del subdirector del mismo establecimiento, extremando una  grave crisis de seguridad en una de las prisiones más importantes del país.

El director de La Modelo, Elmer Fernández, fue asesinado a balazos por sicarios, cuando se desplazaba del trabajo a su residencia, sobre la cinco de la tarde, en medio del tráfico habitual de la capital por la calle 80 con carrera 30, la camioneta conducida por un dragoneante del Inpec, fue impactada por varios proyectiles que cobraron la vida del coronel.

Según los primeros informes de la policía, el ataque fue meticulosamente planeado, y se están investigando posibles vínculos con bandas criminales dentro y fuera de la cárcel. El Ministerio de Justicia Nestor Osuna  señaló que “analizamos hipótesis y ya existen unos indicios certeros que próximamente van a permitir la captura y judicialización de las personas que dieron muerte al coronel Elmer Fernánde

Renuncia del subdirector

En medio de la investigación, conmoción y la incertidumbre generada por el asesinato del director de la Modelo, el subdirector del establecimiento penitenciario, Óscar Alejandro Tovar, anunció su renuncia de manera inmediata en la mañana de este viernes, en su breve declaración, expresó su profunda preocupación por la seguridad y la falta de apoyo institucional para enfrentar las crecientes amenazas y desafíos en la gestión penitenciaria..

Una crisis que se profundiza

La cárcel La Modelo ha sido escenario de múltiples problemas de seguridad en los últimos años, incluyendo motines, fugas y la influencia creciente de organizaciones criminales dentro de sus muros. El asesinato del coronel Elmer Fernández y la renuncia de Tovar subrayan la crisis de inseguridad y la incapacidad del sistema penitenciario para proteger a sus propios funcionarios, además de mantener el orden y el control.