Cerca de 40.000 migrantes provenientes de países como Haití, Venezuela, Colombia y Afganistán, cruzaron a Canadá en 2022, pese al duro invierno, para buscar asilo bajo la creencia que este país ayuda a aquellos que huyen de conflictos y guerras; el camino es una frontera que no es oficial y se ubica al final de una remota carretera rural en el norte del estado de Nueva York.

La alta afluencia de migrantes ha generado una creciente frustración en los dos lados de la frontera, por considerar que se pone en riesgo la seguridad de la misma y crece la incertidumbre sobre el futuro que les espera a los migrantes que llegan cada día, cerca de 150 aproximadamente.

Por lo que el gobierno federal ha advertido que la llegada a Canadá no significa un permiso automático para quedarse y las solicitudes de asilo pueden demorar años hasta ser analizadas, como lo indican las cifras estos trámites pasaron de 56.300 en enero de 2022 a casi 71.000 en diciembre, con un aumento del 26%. Por ahora los refugiados son ubicados en albergues temporales, como el Estadio Olímpico de Montreal.

“Estamos realmente preocupados por los más vulnerables, aquellos que han sufrido traumas, aquellos que tienen muchas barreras por el idioma. No reciben la ayuda que necesitan”, aseguró Maryse Poisson, del Centro de Bienvenida, una organización que asiste a los recién llegados en Montreal.

Sin embargo, los migrantes aseguran que “el sueño americano murió hace muchos años” y el mejor destino actualmente es Canadá.