El mandatario quien gobernó entre 1990 y 2000 deja tras de sí un legado polarizante, reconocido por ser una de las figuras más controvertidas en la historia política de Latinoamérica.
El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, falleció recientemente consecuencia de un cáncer lingual, fibrilación auricular e hipertensión, entre otros diagnósticos, revelados en los últimos meses, cuando el mandatario se mostró decaído contando a sus seguidores el tratamiento especializado que iniciaría desde el mes de mayo: “Yo nunca me rindo frente a la enfermedad y la arbitrariedad. Nada podrá evitar mi reencuentro con todos ustedes. Con su apoyo, la ayuda de Dios y el amor de mi familia voy a derrotar el cáncer”.
A pesar de sus esfuerzos Fujimori, quien cumplió 86 años el pasado 28 de julio, falleció hoy 11 de septiembre en su vivienda de San Borja , noticia que confirmo su hija Keiko Fujimori en su cuenta de X :
El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, falleció recientemente, marcando el fin de una de las figuras más controvertidas en la historia política latinoamericana. Fujimori, quien gobernó el país entre 1990 y 2000, deja tras de sí un legado polarizante, con seguidores que lo recuerdan por estabilizar la economía y derrotar a la guerrilla de Sendero Luminoso, y detractores que lo acusan de violaciones a los derechos humanos y corrupción.
Un líder en tiempos de crisis
Fujimori llegó al poder en 1990 en un momento de profunda crisis económica y social en Perú. La hiperinflación, el desempleo y el avance de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso ponían en jaque la estabilidad del país. A través de políticas de choque económico y la implementación de reformas neoliberales, Fujimori logró estabilizar la economía en pocos años, ganándose el apoyo de amplios sectores de la población y de la comunidad internacional.
Su gobierno es recordado, entre otras cosas, por el uso de la mano dura en la lucha contra el terrorismo. Bajo su mandato, las fuerzas de seguridad capturaron a líderes de Sendero Luminoso, debilitando gravemente al movimiento insurgente que durante años había sembrado el terror en las áreas rurales y urbanas del país.
La sombra de la dictadura
Sin embargo, su mandato también estuvo marcado por la consolidación de un régimen autoritario. En 1992, Fujimori ejecutó un “autogolpe”, disolviendo el Congreso y asumiendo el control del poder judicial con el apoyo de las Fuerzas Armadas. Esto le permitió gobernar con mano libre, aprobando leyes por decreto y ampliando su control sobre las instituciones del país.
Durante su gobierno, se llevaron a cabo violaciones a los derechos humanos, incluidas desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y esterilizaciones forzadas de miles de mujeres indígenas. Estos abusos, junto con la corrupción rampante dentro de su administración, empañaron los logros de su gobierno.
La caída y condena
La caída de Fujimori comenzó en el año 2000, tras un escándalo de corrupción que implicaba a su mano derecha, Vladimiro Montesinos. Ante la presión interna y externa, Fujimori huyó a Japón, desde donde renunció a la presidencia. Sin embargo, en 2005 fue extraditado de Chile a Perú y en 2009 fue condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos y corrupción.
A pesar de su condena, Fujimori mantuvo un núcleo de seguidores que lo consideraban un héroe por haber devuelto la estabilidad a Perú. En varias ocasiones, sus partidarios intentaron conseguir su indulto, lo que generó intensos debates en la sociedad peruana. Finalmente, en 2017, recibió un indulto por razones humanitarias debido a su deteriorada salud, aunque este fue posteriormente revocado.
El pasado diciembre de 2023, cumpliendo cerca de 16 años de su condena, por orden del Tribunal Constitucional de Peru, Fujimori sale de la cárcel gracias a un polémico indulto humanitario que le otorgaron en el 2017.